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Una copa con vistas
Palacio de Comunicaciones
Una copa con vistas
UNA COPA CON VISTAS
Antonio Machado Sanz
Aquella tarde los dos amigos decidieron salir de paseo y se dirigieron hacia la Plaza de Cibeles para tomar una copa en la sexta planta del Ayuntamiento.
Se detuvieron ante la blanca fachada y admiraron el edificio. El antiguo Palacio de Comunicaciones de los arquitectos Antonio Palacios y su amigo Joaquín Otamendi, que empezaron a construir en 1907 y terminaron cinco años después.
-Recuerdo que mi padre me contó las manifestaciones que organizaron multitud de madrileños -dijo Rafael- por considerar que era un expolio al Parque del Retiro, como así fue, pues aprovecharon para construir otros edificios que todavía se conservan próximos al actual Ayuntamiento.
-Y hasta le cambiaron el nombre por el de Nuestra Señora de las Comunicaciones dado que, por sus formas, parece una catedral -añadió Jacinto, con su característico humor madrileño.
¡Hay que ver, todo lo que hizo D. Antonio Palacios!
Me emociona saber que fue el autor del diseño de las estaciones del Metropolitano. Desde la boca de entrada y salida hasta la azulejería. Recuerdo sobre todo el templete que existía en la Gran vía, al principio de la calle de la Montera que ahora está en el cementerio de Porriño, como su panteón. Todavía podemos admirar el diseño de sus vestíbulos en las estaciones de Tirso de Molina y de Pacífico, esta última se puede visitar previa petición de día y hora en el Metro.
-¡Qué me dices del parecido que tiene este Palacio con el Antiguo Hospital de Jornaleros de San Francisco de Paula, conocido como Hospital de Maudes! –exclamó Rafael.
Ambos trataron de encontrar un escudo de Galicia, que D. Antonio Palacios, instaló como homenaje a su tierra natal en sustitución del que debía ocupar el de los Borbones, sin encontrarlo.
Hallaron, una ninfa con medio cuerpo vegetal y también una cabeza de Hermes, que como mensajero del Olimpo, era más que apropiado para tal edificio.
En el año 2007, el Consistorio Municipal fue trasladado desde la Plaza de la Villa al Palacio de Comunicaciones, y se encontraron con que sus casi setenta metros de altura y sus doce mil metros cuadrados eran más que suficientes para su instalación, por lo que habilitaron varios espacios para exposiciones, salones para el público e inclusive un bar de copas llamado Terraza Cibeles.
Un ascensor los llevó hasta la sexta planta. Cómodamente sentados en unos taburetes alrededor de una mesa elevada admiraron el espléndido panorama del Banco de España, la calle de Alcalá, el principio de la Gran Vía, el edificio del Círculo de Bellas Artes y su iluminada terraza repleta de juventud, el antiguo Banco Central, hoy Instituto Cervantes, el Palacio de Buenavista, en la actualidad sede del Cuartel General del Ejército de Tierra y el Palacio de Linares, ahora Casa de América.
Al salir, subieron hacía la Plaza de la Independencia y a través de una enorme reja que da a la calle de Alcalá, miraron el enorme patio interior del edificio, donde, a finales del siglo XX, aparcaban los vehículos para el reparto de la correspondencia, y ahora, cubierto por una cristalera, sirve para celebrar espectáculos, recepciones y en verano se convierte en una sala de cine nocturno.
Regresaban a sus domicilios, cuando Rafael preguntó a Jacinto.
-¿A qué no sabes el por qué del logo de Correos, ese cuerno con corona y el fondo amarillo?
-Ni idea, ¿Lo creó Alberto Corazón?
-El logotipo de Correos en España fue diseñado por José María Cruz Cuvillo, en 1977, que utilizó el símbolo y el color que desde hacía siglos usaron los servicios postales.
Jacinto seguía asombrado, mientras, su compañero continuó.
-Esos emblemas vienen de tiempos de Felipe I el Hermoso, que nombró Correo Mayor al Conde de Villamediana, de la dinastía de los Tassis. Una familia italiana que creó las primeras líneas postales entre Burgos, Italia, Francia y Alemania y que monopolizó el servicio de correos hasta que cada país instituyó el suyo.
El servicio de correos es conocido por el escudo de color amarillo, color de la casa del Marques, con la imagen de la cornamusa, que utilizaban para avisar de su llegada a las diferentes postas, donde cambiaban de caballo
Tardaban más de una semana en llegar de Burgos a Bruselas.
–Seguro que los yanquis copiaron el sistema y crearon el Pony Express –añadió Jacinto.
Todavía reían cuando llegaron a sus casas, mientras, la luna se alzaba sobre la Gran Vía.
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