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Crítica literaria

 

Volver a dónde
Antonio Muñoz Molina
Seix Barral, 2021

„Volver a dónde“, una nueva incursión al pasado cuyos valores no han caducado, , con motivo de la pandemia y sus malos augurios y la perspectiva de un futuro nada halagüeño. Reflexión ensayística sobre el paso del tiempo, la fugacidad de la vida y la importancia de los recuerdos que son las raíces de las que nos sustentamos, todo ello escrito con una prosa de honda belleza.

Ana Alejandre

La pandemia como inspiración ha servido a muchos escritores para exponer sus ideas al respecto, temores, dudas y hasta pronósticos catastrofistas, pero sin mayor calado literario, a no ser más que el mero desahogo que supone la descripción de las ideas de cada autor hecha con mayor o menor acierto, cuando no con ánimos ensayísticos que han sucumbido ante launa realidad que sobrepasa a cualquier posible estimación de su gravedad.

Antonio Muñoz Molina, no podía ignorar la pandemia como materia prima de su último libro y eso le ha llevado a escribir Volver a dónde, obra testimonial que habla de la pandemia como una amenaza que no se ha ido y que sigue siendo igual de peligrosa que al principio.

La obra se refiere a dos centenares de secuencias breves y transcurre desde el momento que se decretó el estado de alarma hasta finales del año 2020.

El estilo narrativo es distinto en cada una de dichas secuencias, ya que unas toman la forma de un dietario que se inicia y termina en junio de 2020 y presentan diferentes apuntes sin continuidad. Otras de dichas secuencias nacen de la extenuante experiencia sanitaria y abarcan un mayor plazo de tiempo y, aunque llegan hasta diciembre de 2020, siguen su curso y llegan hasta la infancia del autor e, incluso, al período próximo anterior a la Guerra Civil española.

La narración comienza en junio de 2020, cuando finaliza el confinamiento de tres meses, y comienza la llamada nueva normalidad y la ciudad intenta retomar la vida cotidiana con sus limitaciones. El autor, cuya voz es la del narrador, mira desde su balcón mientras vienen a su memoria recuerdos de su niñez inmersa en un ambiente rural, cuyos últimos supervivientes están muriendo. El narrador sabe que con él desaparecerá la memoria familiar y esa amarga certeza se le añade otra, la de que esta nueva normalidad surgida de una crisis mundial antes no conocida, áún persisten las misma injusticias, desigualdades y malas prácticas de tiempos atrás que no han sido erradicadas

En esta obra se advierte ese mismo escenario que es el ámbito privado y que ya ha mostrado este escritoren otras obras recientes. Es una muestra de la muy extendida práctica de la narrativa actual de la autoficción últimamente. En el caso de Muñoz Molina le ha otorgado una marca personal, ya que no es un mero viaje al pasado desde el presente, ni tampoco es una narración simple en su intencionalidad ni en la forma en que ha sido escrita. Al principio tiene una apariencia de una rápida crónica de sucesos de la actualidad, pero solo es una falsa impresión, porque desde la crónica aparente se convierte en una honda reflexión, en un ensayo bien sustentado en los pilares de su pensamiento y reflejado en una emotiva prosa en la que subyace la más honda y sincera confesión personal.

Volver a dónde ofrece una lectura de una gran belleza que conmueve, en su constante reflexión del paso del tiempo, de la fugacidad de la vida, de cómo vamos construyendo nuestros recuerdos y como estos mismos son los que nos permiten seguir adelante cuando todo lo demás se derrumba.

La gran capacidad de observación de este autor , que ha puesto en evidencia en obras anteriores y vuelve a mostrar en esta en las m las muchas descripciones de las víctimas del coronavirus, muertos o ingresados durante meses en las UCI de los centros hospitalarios sobrecargados; las residencias de ancianos donde los internos morían encerrados en sus habitaciones: el agotador trabajo de los sanitarios, la sobrecogedora sensación de soledad y miedo ante el silencio de las calles; el peso del tiempo deternido en relojes que parecían funcionar con sus mecanismo ralentizados; el aplauo de las ocho de la tarde a todo el personal sanitario que vivían jornadas agotadoras entre la sensación de impotencia de no poder atender a tantos enfermos que atestaban los servicios de urgencia. Todo ello estaba esplicado con detalle pero sin extenderse en cada una de ellas, solo con la urgencia necesaria a tanta nueva noticia, todo nuevo desastre. No se contenta con ello y también expone su juicio sobre ciertas conductas inadmisibles en cargos público y aparecen reflejadas los disputas, acusaciones, broncas, aunque no siempre muestra la neutralidad que sería de esperar en un intelectual,

El mayor logro de Volver a dónde es el viaje en el tiempo que surge desde la más candente actualidad hasta legar al pasado el que los valores, el esfuerzo y el mérito eran predominantes y aún no han perdido su importancia, aunque la sociedad los olvida con frecuencia. En ese regreso a un pasado ya perdido para siempre su recuerdo se proyecta al presente descorazonador unas innegables lecciones de dignidad que no pierden por el tiempo transcurrido vigencia alguna.

Los personajes aparecen brillantemente descritos, lo que no es extraño en este autor que es un gran conocedor de la naturaleza humana. Toda la psicología de cada uno de ellos que habitan en esta obra está perfectamente descrita y sus motivaciones ocultas. Se perfilan con nitidez los sentimientos y emociones del grupo familiar del autor donde también aparece retratado como un hombre de carácter apocado y tendencia depresiva, todo ello en un ejercicio de introspección sincera y profunda, pero sin caer en el excesivo detalle o innecesario.

Por otra parte, unido al retrato familiar Muñoz Molina presenta un mosaico de esa época de su niñez y unos apuntes de la preguerra, con una gran abundancia de detalles de los trabajos campesinos, en un equilibrio perfecto entre el ejercicio literario y el puramente testimonial de una realidad que vivió. No es solo una descripción social de una época, sino que se le podría calificar como un brillante ejercicio de narrativa de denuncia.

En este retrato de la España del subdesarrollo, con las lacras de miseria, pobreza, escasez, trabajos excesivos e interminables, pero también es el retratos de personas trabajadoras incansables, sufridas y modestas, con una gran dignidad y rectitud ejemplares también propios de otro tiempo y de otra mentalidad ya inexistente.

Excelente obra Volver a dónde· escrita con lucidez, pasión y extrema sinceridad que es como un aldabonazo a las conciencias y una petición de regeneración moral de esta sociedad supuestamente democratizada, en la que han desaparecido todos los valores y principios en los que se sustentaba la sociedad hace décadas como garantía de convivencia, tolerancia, solidaridad y dignidad.

 

Los vencejos Fernando Aramburu usquets Editores, 2021

Los vencejos
Fernando Aramburu
usquets Editores, 2021

Ana Alejandre

La trama de la última novela de Fernando Aramburu es la que protagoniza Toni, un profesor de filosofía en un instituto de enseñanza media, pasando por una crisis existencial, decide poner término a su vida. Por su carácter sosegado y muy meticuloso, elige la fecha en la que morirá y la aplaza hasta un año después, a la fecha del 1 de agosto de 2019.

Mientras espera tan luctuoso día se dedica a escribir una crónica personal, ácida y escéptica, pero siempre con una carga evidente de humor y cierta ternura.

El motivo de escribir dicha crónica es intentar descubrir las más íntimas razones de su letal decisión y poner al descubierto toda su intimidad, además de relatar sus vivencias del pasado, así como reflexionar sobre los temas ciudadanos de la cotidianidad de España que vive, por entonces, una época difícil y convulsa. Para ese cometido se dedicará cada noche a escribir, en la soledad de su piso, solo acompañado por su perra Pepa y los libros que le van quedando de una biblioteca a la que está finiquitando por su planeado punto y final existencial.

En la obra aparecen definidos con la finura de un bisturí los personajes de sus padres, de su hermano con el que tiene una difícil relación, de su exmujer, Amalia, con la que no consigue cortar roda posible comunicación su hijo, con extraño nombre nipón, Nikita, de problemática personalidad, además de su amigo Patachula, cáustico personaje donde los haya. Pero no solamente aparece No son solos estos personajes los que habitan la novela, porque en ella irrumpe Agueda que viene a ser el contrapunto de los otros moradores del espacio narrativo.

A través de la voz de Toni, se van sucediendo los diferentes sucesos amorosos y familiares de este conjunto variopinto de personajes, porque el protagonista quiere detallar y enumerar sus errores, fracasos y miserias y, aunque este propósito pueda parecer pesimista, sin embargo rodo parece encajar para construir, con esos cascotes de su derrumbe vital, una evidente lección de vida

La técnica narrativa se basa en dos líneas temporales que se cruzan en esta especie de diario que es la novela. La primera de ellas, a modo de cauce de un río, va detallando el discurrir de los doce meses que faltan para la fecha de su letal resolución. La otra línea temporal se remonta hasta la Guerra Civil.

En la narración se encuentra las actitudes políticas del padre del narrador que fue un militante comunista represaliado, Toni votante indeciso, coge al azar las papeletas para votar y, en cambio, su hijo se ha tatuado una cruz gamada en el brazo. Tres personalidades y actitudes políticas antagónicas que representan el arco político total.

Esas dos líneas temporales con dos tramas distintas pero unidas por el nexo común familiar construyen una narración sobre la búsqueda del sentido de la vida, del mundo.

La visión del autor de esta novela es la expresión de la imagen de los vencejos, titulo de la obra, por ser aves de migraciones periódicas, lo que viene a simbolizar que la vida en un interminable retorno de ilusiones y fracasos, de amores y desengaños, de lucha y derrota.

Aramburu articula el uso de conceptos significativos como pértigas que le impulsan para corroborar sus reflexiones:el amor, el matrimonio, el erotismo, la soledad el odio, la violencia, la amistad, la educación, la cultura la política, y el trabajo, pilares básicos sobre los que se sustenta la vida de cada individuo. Para hablar sobre tales conceptos, los hace desde unos conocimientos más que notables del psiquismo humanos y, sobre todo, de personalidades complejas.

En toda la novela se observa un sentido negativo, pesimista del mundo y de la sociedad, propio de un misántropo, pero no de una forma categórica, sino con muchos matices. El final es como una confirmación del inmenso don de la existencia, a pesar de su precariedad, pero la ironía, el sentido del humor y el acusado escepticismoa del protagonista que son la barrera que impide que domine en esta obra un sentido trágico de la existencia.

En esta novela, Aramburu despliega una gran minuciosidad narrativa que demuestra una capacidad de fabulación extraordinaria. Toni intenta justificar su decisión suicida como algo completamente fruto de la reflexión y no por causa patológica. La técnica narrativa se mueve entre el ayer y el hoy con suma habilidad y destreza, lo que le confiere gran agilidad a una narración muy extensa que ofrece muchas virtudes y aciertos, pero adolece de una excesiva extensión que podría haberse reducido a la mitad, sin perjuicio de la calidad de la obra que no hubiera mermado.


 

 

La memoria vegetal Umberto Eco Traducción de Helena Lozano. Lumen. Barcelona, 2021. 272 páginas.

La memoria vegetal
Umberto Eco
Traducción de Helena Lozano.
Lumen. Barcelona, 2021. 272 páginas.

La memoria vegetal es la recopilación de los ensayos y conferencias del insigne autor de "El nombre de la rosa" que dedicó al libro, como gran conocedor que era en su calidad de escritor, bibliófilo y bibliómano.

Ana Alejandre

Esta obra recopilatoria de textos varios y dispersos se aúnan en este libro para ofrecer una extraña unidad, aunque no sean textos sucesivos o próximos en una idea global para formar este volumen, pero sí ofrecen la misteriosa impresión de haber sido escritos para conformar este libro singular que trata sobre la naturaleza, significado e importancia del libro; objeto al que ya había definido Borges -autor muy citado por Eco en esta obra,. eligiendo largos fragmentos de su obra Ficciones-, donde se habla del miedo al olvido del hombre con absoluta ironía.

Eco afirma que el libro no tiene solo como finalidad la de recordar lo vivido, sino dar significado a esos recuerdos y vivencias, dándoles un orden, transformarlos y convertirlos en una nueva secuencia que tiene sentido, unidad y significación. El libro, por ello, no es solo el soporte físico y material de lo narrado, sino un elemento de gran importancia ontológica por sí mismo que innova su contenido y le confiere una significación mayor que se eleva por encima de la importancia de lo narrado en él.

El título del libro que es el primer texto de esta obra La memoria vegetal, corresponde a una conferencia dada en Milán, el 23 de noviembre de 1991, en la Sala Teresiana de la Biblioteca Nazionale Braidense. Consta de treinta páginas que describen la historia y apología del libro, y ofreciendo y teorizando sobre su futuro.

El autor señala que la memoria se inscribió primero en la piedra, después pasó a soportes vegetales como el papiro o el junco y la madera y, en el presente, se vuelca en el silicio.

La abundancia de distintos soportes y obras ha sido fundamental para la multiplicación exponencial de los textos lo que provoca que, al haber tantas ediciones, cada obra se vuelva invisible entre el maremágnum de títulos publicados, lo que puede provocar, por la excesiva abundancia de información, la absoluta desinformación o ignorancia, es decir, un resultado contrario a lo que sería deseable.

El libro le otorga una condición personalísima a la escritura y, por ello, cuando un lector elige una obra es porque busca a una persona, una visión personal del mundo y de la vida que cada autor pone de manifiesto y le identifica. Además, en cada obra se encuentra la mayor o menor autoridad de su autor, no solo su subjetividad desarrollado por su talento narrativo o su criterio

Todo lo que aparece en una obra nos produce en la actualidad una gran fiabilidad, al contrario de lo que, sucedía en el pasado Todo ello convierte al libro en el transmisor de la cultura y viene a sustituir a la voz de los ancianos que hablaban en el pasado desde su conocimiento y experiencia. Esa autoridad que hoy tienen los libros y la credibilidad que muchos lectores le dan, es muy diferente a los muchos obstáculos que tuvieron que superar los escritores clásicos que obtuvieron siempre un continuo rechazo de editores y críticos, como es el caso de Joyce, Melville, Proust o Dickynson, a los que cita Eco. Muchas veces, tampoco obtuvieron algunos de ellos una buena acogida en la posteridad, como fue el caso de la Divina Comedia de Dante al que el crítico y escritor Saverio Betinelli, en el siglo XVIII, aconsejó arrojar a la basura.

Eco, por ese motivo, ratifica la importancia de darle singularidad al libro ya que ha sido el vehículo de transmisión del conocimiento y la cultura y fundamental en la formación del individuo como tal que es el elemento básico de toda sociedad libre y plural.

El libro siempre ha sido considerado un peligro para el poder absoluto. Ha sido destruido por tiranos y déspotas a toda aquella obra que resultara un peligro o amenaza. Quizás, por ese motivo, Heine afirmó que donde se queman libros, terminarán ´quemándose a las personas. Eco lo ratifica diciendo que se empieza por las personas y, después se abren las cámaras de gas.

La memoria vegetal se puede considerar una miscelánea, a pesar de que sus textos son heterogéneos aunque siempre alrededor del libro y que representa un placer su lectura para los amantes de la literatura, escritores y bibliotecarios. En esta obra se encuentran grandes dosis de humor, ironía, erudición, ingenio y, especialmente, un evidente y apasionado amor a la literatura que profesó Eco durante toda su vida.

Los artículos restantes de esta obra tratan de bibliofilia, bibliomanía, bibliófilos, bibliómanos y bibliotecas; así como de catálogos, historia del libro, rarezas y libros digitales. Ecos de considera bibliófilo, pero no bibliómano, por lo que no le importa dejar marcas de lápiz en los libro, así como disculpa el robo de un hermoso ejemplar por amor al libro, lo que sería injustificable hacerlo en otros casos.

Esta excelente obra nos muestra que el pasado vive en los libros, que cada ejemplar no es un objeto inerte, sino un ser vivo y palpitante, que nos trae el pasado, la memoria y la vida. Por eso Eco afirma que el libro no desaparecerá jamás, ya que todo libro es un escenario de encuentros, de diálogos. El libro nunca pondrá muros y obstáculos para alejar al ser humano de él, sino abrirá puertas para que se acerquen y entren en el universo que cada obra ofrece en su interior. Sin los libros la Humanidad estará perdida en el gran páramo de la nada, sin referentes, sin memoria y sin pasado que ha devorado el tiempo y que solo el libro rescata para traérnoslo intacto.

La memoria vegetal es una obra excelente, deliciosa, erudita, pero de una amenidad y belleza que deleita a todo lector, sea o no un apasionado de la lectura, porque va dirigido a todo aquel a aficionado a laliteratura, un apasionado lector de los libros y de sus fascinantes historias.

Esta obra, por ello, es de muy aconsejable lectura.





 

 

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