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Tamames, la moción de censura y...

Moción de censura

Ramón Tamames y Santiago Abascal en la moción de censura

 

El mundo postoccidental

TAMAMES, LA MOCIÓN DE CENSURA Y LA CORRUPCIÓN PARLAMENTARIA

Marcelino Lastra

Comenzaremos por el final: La corrupción parlamentaria
maginemos un juicio, uno cualquiera. El juez interroga al acusado:
-¿Dónde estaba Ud. el 27-Jun-2022 entre las 18:00 y las 20:00 hras.?
Imaginemos que el interpelado respondiera lo siguiente:
-Me encanta madrugar, sobre todo en verano; salir y desayunar en una cafetería cercana al trabajo; hacen un bizcocho casero espectacular.

¿Alguien dudaría de la reacción del juez? Imaginemos que se repitiera la pregunta, advirtiendo al interrogado de las consecuencias penales de no responderla; es decir: las de enfrentarse a un posible delito de desacato.

Parlamento viene de “parlar y-mento”, cuyo significado es “acción y efecto de hablar”. Hablar por hablar no asegura un efecto deseable para la Nación, si sus representantes se limitan a emitir palabras sin sentido. Hemos llegado a un punto en que las Cortes son un mero ágora del parloteo. La corrupción parlamentaria inunda cualquier debate, sencillamente porque la acción y efecto de hablar no conducen a ningún sitio ¿Cómo es posible que se pregunte al presidente del Gobierno acerca de su decisión unipersonal sobre el Sahara, no responda y no suceda nada, porque el sistema carece de mecanismos para exigirle responsabilidades?

Todos sabemos cómo se conforman las mayorías para aprobar las leyes ¿En los debates parlamentarios? Por supuesto que no: En los despachos, a oscuras, sin luz ni taquígrafos, mercadeando con los derechos y el dinero de toda la Nación ¿Cuál es la utilidad práctica de cualquier debate sobre cualquier ley? Ninguna. No se moverá ni una coma de lo previamente acordado. El debate no pasará de ser una representación de un mezquino partido de zascas, para solaz de los sujetos de la soberanía nacional (permítanme que me detenga un instante y enarbole una peineta al tendido -ya saben a qué me refiero-)

¿De qué sirven las sesiones de control al Gobierno si las sortea respondiendo lo que le venga en gana?

Señoras y señores, las Cortes se han convertido en la sede del choteo nacional -a la Nación-

No podemos seguir con esta farsa.
No quisiera finalizar esta parte del artículo sin aportar alguna solución.
El primer problema de la corrupción parlamentaria a la que me he referido está en que los presidentes de las Cámaras sean miembros de los partidos políticos. El segundo, que el Reglamento de aquéllas no castigue determinados comportamientos: por ejemplo: No responder con claridad a las preguntas.
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Es necesario modificar los Reglamentos y tipificar los comportamientos que atentan contra los derechos de la Nación a controlar al poder ejecutivo y estar adecuadamente informada.

De tal manera que si a una pregunta sobre el Sahara, Pedro Sánchez, cualquiera de sus ministros u otros sucesivos, no respondieran, lo hicieran con evasivas o con explicaciones ajenas a la pregunta, el presidente de la Cámara los pueda conminar a que respondan adecuadamente, a riesgo de sufrir las consecuencias reglamentarias, por ejemplo: su apartamiento temporal o permanente de su función ejecutiva por falta de idoneidad sobrevenida.

Las presidencias de las Cámaras las ejercerían miembros del poder judicial, pero no elegidos por los partidos; tampoco por los jueces; saldrían de un escalafón profesional estricto y los titulares se renovarían cada dos años -dos magistrados distintos por legislatura-.

Este mecanismo no inmiscuiría al poder judicial en el legislativo. La función de éste es legislar y controlar al ejecutivo. El presidente de una Cámara ajeno a la partidocracia no sería defecto, sino virtud.

O tipificamos, de una vez, el comportamiento caprichoso e indigno de los Pedros Sánchez de hoy y del futuro y quitamos a la partidocracia el control sobre sí misma o el parlamentarismo habrá muerto.

Sobre Tamames.

El candidato demostró una vez más que la experiencia de vida aporta una sabiduría imposible de suplantar con paredes empapeladas de títulos, certificados políglotas e infinidad de boletos de viajes alrededor del mundo. Los ancianos son acumuladores de saber y de saber estar. La sociedad que los desprecie e infravalore quedará a merced de los buitres carroñeros o adoradores de la molicie hedonista. Quizá halla un magma intermedio que trate de sacar un coraje perdido entre dádivas y zanahorias con pocos palos.

No sacralizo a la ancianidad. Critico el desdén de quienes la consideran poco más que chatarra humana o una carga para las arcas del Estado ¿No les suena eso de viejunos?

Los años enseñaron a Tamames la inutilidad de hablar una hora para decir que si llueve es recomendable llevar paraguas. Una hora o dos las necesitan los parloteadores como Sánchez, Yolanda, Patxi, Errejón……..

Acostumbrados a la vacuidad parlanchina, sorprendió el conceptismo del candidato ¿Recuerdan aquello de “lo bueno, si breve, dos veces bueno”, que nos enseñara el Gran Baltasar Gracián?

Tamames no necesitó de elipses ni circunloquios para señalar que había que impulsar un “hub” entre las principales empresas españolas. El potencial socio-económico que sólo esta propuesta lleva incorporado es tan grande como imposible de entender por el ensimismamiento de los nacionalismos fragmentarios, ávidos de mieses con las que llenar sus buches.

Errejón -el Joven- calificó de deslabazado el discurso de Tamames. Hay que ser condescendiente con la efebocracia de la nueva masculinidad. Seguramente confundió el significado de la palabra.

Un conceptista de 89 años puso en evidencia la talla XXXS de los representantes de la Patria que se opusieron a su candidatura; no por oponerse, sino por la incapacidad de argumentar racionalmente su postura. Están acostumbrados al cambalache, al pasteleo, al dame que te doy, mas desconocen el pensamiento lógico ¿Dónde quedaría el logos de Aristóteles, Sto. Tomás, de nuestra magna escolástica? A uno de estos personajes, vividores del erario público, le regalé el libro de España frente a Europa de Gustavo Bueno. Al cabo de dos meses sin recibir ningún comentario, lo llamé para interesarme.

-No he podido con él. Es soporífero -fue su respuesta.

Este hombre es diputado autonómico y se pierde ante un párrafo algo más ambicioso que el de “mi padre tiene un barco, mecachis en la mar” que diría el fallecido Toni Leblanc. Corín Tellado también le vendría grande.

Cuando Tamames reprochó al presidente del Gobierno no haber homenajeado a Hernán Cortés en el 500 aniversario de la toma de Tenoctitlan El doctor Sánchez -ya quisiera llegar al doctorcito del genio de Cantinflas- dio a entender que el candidato era un neocolonialista. Con tal respuesta, demostró el desprecio que siente por la historia del país que preside. No es que sea negrolegendario, no; actúa como un topo de los enemigos de España. Por desgracia, no es el único. Tamames desveló una conversación con Hugh Thomas, quien le afirmó la predisposición de los hispanistas británicos a solicitar la descolonización de Gibraltar. No suena mal, la verdad. Evidentemente, el doctor Sánchez no lo mencionó. Ya sabemos que al colonialismo británico hay que permitirle todo, al igual que al marroquí, etc., etc. A Cortés, ni agua.

Sánchez posee la personalidad adecuada para demoler España. Justo lo que trata de hacer.

La moción de censura fue un intento por tratar de obligar al presidente del Gobierno a que dejara de parlotear; al menos, unos minutos. Imposible. Quien está comprometido con el programa del socialismo fabiano, encarnado en la Agenda 2030, desprecia todo lo demás. Y no puede dejar de hacerlo. En ello le va su futuro.

La moción de censura terminó con un brillo sorprendente, al desnudar a tanto reyezuelo impostado. El conceptismo de Tamames los vistió de Adán y Eva y como les gusta ser desvergonzados ni siquiera trataron de buscar las hojas de parra; cosas de la arrogancia; eligieron mentir, arguyendo que vestían modelos diseñados en exclusiva para ellos. Ya saben, la autopercepción en 360º; la argucia ideológica para justificar las falsedades más insolentes.

Un amigo me dijo:

-La desnudez de Feijoo es insultante y me genera inquietud

-¿Por qué? -respondí. Entonces me recitó una frase muy conocida de Montaigne:

-“La cobardía es la madre de la crueldad”- Al ver mi cara de perplejidad, continuó -¿Cómo calificarías su comportamiento? ¿Y su pretensión de imponer la “vacunación” en Galicia, bajo multas disparatadas, lo que, en la práctica, significaba la obligatoriedad? No te fíes nunca de alguien así.

Díaz Ayuso dio una conferencia de prensa calificando la moción de inapropiada. Como no es conceptista, comenzó a parlotear. Y lo que podría haber despachado en 10 minutos se extendió, se alargó. Todo para repetir lo mismo hasta la saciedad, que era: la moción había sido inapropiada porque supuso un balón de aire para Sánchez. El mensaje era muy complicado, como puede verse; quizá por eso, la lideresa no apartaba la mirada de una chuleta, no fuera a equivocarse. No es temor por la muerte del sistema parlamentario a causa del parloteo en las cámaras. Ayuso piensa que los debates sólo benefician a unos. Perfecto, cerremos toda esta carísima farsa de una vez. Por favor, señora lideresa, no piense tanto.

Vox ha sido muy valiente. Creyó en lo que hacía, aún en contra de muchos de sus seguidores. Se hará justicia si los votos se lo reconocen. Lo merecen.

El guardarropa del Congreso se llenó de vestimentas de todo tipo, según sus señorías se desnudaban en la tribuna. Incluso los suecos tuvieron que advertir a Feijoo que se cubriera un poco. Su desnudez se dejó ver extramuros de la sede de la soberanía nacional; todavía se llama así.