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Milan Kundera,el escritor que huía de su biografía

Milan Kundera

Milan Kundera,escritor checoslavco, nacionalizado francés.

 

Milan Kundera

Milan Kundera, el genial escritor checoslovaco que huía de su propia biografía.

Ana Alejandre


El pasado 11 de julio falleció, en París, Milan Kundera, escritor checoslovaco, afincado en Francia. Nacido el 1 de abril de 1929 en Brno, en el seno de una familia culta de Moravia. Su padre era el pianista Ludvik Kundera y su madre era secretaria del conservatorio de su ciudad natal. En su juventud Milan aprendió música con Pavel Haas, compositor que moriría en el campo de exterminio de Auschwitz y fue el padre de su primera esposa.

Comunista entusiasta del estalinismo del que abominó décadas más tarde, lo que le llevó a rechazar su poesía y teatro militantes, obras a las que postergaba y se negó a que formaran parte de sus obras completas en la colección La Pléiade, de Gallimard, su editorial desde que se instaló en Francia, en 1975.

Tras la invasión rusa de 1968, tuvo que abandonar su puesto de profesor en el Instituto Cinematográfico de Praga y todos sus libros fueron retirados de la circulación. Por ello, se vio obligado a exiliarse en Francia. Después de su primera novela Los amores ridículos (1968), publicó La broma (1968), La insoportable levedad del ser (1984) y La inmortalidad (1990), entre otras. Fue autor, además, de novelas que se sitúan a medio camino entre la ficción y los grandes temas de la libertad y las cuestiomnes éticas. Después de perder su trabajo en el Instituto Cinematográfico de Praga, comenzó a dar clases como profesor visitante en la Universidad de Rennes en 1975. En 1979 perdió la ciudadanía checa y se estableció definitivamente en Francia. Adoptó la nacionalidad francesa en 1981. Entre 1985 y 1987 revisó personalmente una traducción de toda su obra novelística al francés, por lo que, con la excepción de sus primeras novelas, la mayor parte de sus obras fueron publicadas, primero en francés y, luego, en checo.

Su obra poética se inició con la plasmación de su entusiasta adhesión, en algunas ocasiones discutible, a los ideales de la nueva generación comunista después del 48, como son los títulos El hombre, amplio jardín (1953), y El último mayo(1955), reelaboración de un episodio de Reportaje al pie de la horca de J. Fucik,. Más tarde se dedicó a la narrativa definitivamente.

En su obra se advierte la ironía de forma recurrente, las distintas voces narrativas, la mezcolanza entre los diversos elementos reales y ficticios y la digresión. Tanto en la narrativa como en el ensayo, Kundera se enfrenta a sus propias obsesiones como son el totalitarismo, el exilio, además del tiempo, en el que advierte que provoca en hondo desengaño que es, muchas veces, difícil de advertir tras el estilo narrativo de este autor que aparente tener un tono ligero, amable y siempre irónico.

Toda su obra literaria última fue una declaración clara y sincera de su esfuerzo por desmitificar todos los mitos de su generación y de la izquierda checa y europea, en general. Para ello, se valía de técnicas muy elaboradas que le proporcionaba el discurrir de la narración (alternancia de narradores, polifonía, saltos temporales y reflexión filosófica), a lo que acompaña diferentes variaciones de un tema musical, en un continuo salto entre la realidad física de los hechos y la realidad vivida por los personajes, lo que convierte a cada obra en una mezcla de historia y novela, ficción y realidad que siempre subyuga al lector.

Su deseo de pasar desapercibido, a no ser por la proyección internacional de su obra literaria, y la escasa importancia que le daba a su propia biografía, su, vida, ideas y todo lo que fuera personal, le llevó a afirmar que su nota biográfica en los libros fuera lo más escueta posible y que solo debía decir” “Nació en Checoslovaquia. En 1975, se instala en Francia. En 2023 muere en París”.

Con la muerte de Milan Kundera ha desaparecido uno de los escritores e intelectuales más importantes del siglo XX que quiso enfrentarse a sus propias contradicciones y a los fantasmas de su pasado y de toda la izquierda europea, con su falsa carga de utopías y el peligro que ello representa y que supo denunciar desde su primera obra.

Descanse en paz.