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¿Quien mató al Señor conde?

!a muerte del conde Villamediana,

El cuadro "La muerte del conde de Villamediana, de Manuel Castellano.

 

Quien mató al Señor conde?

Antonio Machado Sanz

Aprovechando aquel extraño mayo de 2020 y las calles vacías de Madrid, nuestros conocidos gatos, Micifuz y Zapirón, salieron de sus domicilios, pasearon por la Gran Vía, por la calle de Preciados y llegaron hasta la Puerta del Sol, donde se cruzaron con una hermosa gatita blanca de ojos verdes a la que siguieron, chicoleando, hasta que, en la Plaza Mayor, la minina se ocultó en uno de los cerrados mesones.

Los dos amigos se volvieron cariacontecidos a sus domicilios y al pasar por la callejuela de San Ginés, Micifuz comentó:

-Después del fracaso con esa preciosidad, sólo faltaría que algún vecino desde su balcón decidiera hoy poner de comida conejo.

-¡Oh, no! Qué disgusto se llevarían nuestros amos.

-Te enteraste que hace unos meses ellos hablaron de un Conde, el de Villamediana, de la Casa de Correos y de su invento de los correos, pues, a que no sabes lo que le ocurrió a un descendiente suyo en esta esquina con la calle Mayor.

-¿Qué le pasó al Señor Conde?

-A las nueve de la noche del veintiuno de agosto de 1622, al volver a su casa, desde el Palacio Real, en compañía del joven aristócrata Don Luis de Haro, mientras la carroza marchaba por la calle Mayor, desde el punto en donde estamos salió un hombre blandiendo un estoque o chuchilla de matarife y le atacó por el costado izquierdo, le atravesó la manga, el brazo y los huesos, llegándole al corazón. A pesar de llevar su pecho recubierto por una cota de malla acabó con su vida.

-¿Y cómo sabes tú tanto del Señor Conde de Villamediana?

-Otro día, oí a mi amo contar a su esposa de la conversación que mantuvo con su amigo Rafael sobre la historia de un conde. A los pocos días para informarse más aún, se acercó al Museo de Historia de Madrid. Allí encontró el cuadro de Manuel Castellano titulado La muerte del Conde de Villamediana. En dicho lienzo, D. Juan de Tarsis y Peralta, que así se llamaba el aristócrata, yacía muerto dentro de un portalón, que bien podría ser el del atrio de la ahora Catedral Castrense. Al fondo del cuadro se distingue a lo lejos el pretil, que todavía existe, cerca del monumento a los fallecidos en el atentado al rey Alfonso XIII el día de su boda.

-¿Y qué hizo Don Juan de Tarsis para que le asesinaran?

-Mientras volvemos te contaré su historia, debes saber, amigo mío, que el asesinado fue una celebridad en aquellos tiempos. En 1599, en el viaje a Valencia para la boda del Rey, a la que asistió en sustitución de su padre que, en aquellos días, era el embajador en Inglaterra, fue nombrado Gentilhombre de casa y boca, es decir persona muy cercana al rey, con sólo diecisiete años. Ya era conocido en la Villa por haber publicado sus primeros sonetos juveniles. Además era muy simpático, agudo, agraciado y favorecido por las mujeres del pueblo y por la Corte.

Durante su corta vida pública, murió con sólo cuarenta años, por Madrid circularon rumores de ser sospechoso de pecado nefando. Sus enemigos, que eran muchos, se encargaron de hacer correr la voz de que era sodomita.

El poeta e historiador vallisoletano del siglo XIX, Narciso Alonso Cortés, descubrió en el Archivo de Simancas un legajo que implicaba al Conde de Villamediana en un proceso sobre sodomía, que el cinco de diciembre de 1622 concluyó con la quema de cinco mozos relacionados con él, por mandato real y por respeto a que ya había fallecido, no constó el nombre del Conde en el auto.

Existen muchas anécdotas sobre sus atrevidos amoríos con las mismas cortesanas que perseguía Felipe IV. Fue conocido en todos los círculos sociales el hecho de sentirse atraído por su Reina.

Era además un excelente caballero, de esta suerte que, durante un juego de cañas en la Plaza Mayor de Madrid, esparcimiento bélico de origen árabe muy popular en aquella época, consistente en una lucha entre grupos de caballeros, con escudos y con cañas, así como con lanzas y dardos, la Reina Isabel de Borbón exclamó; Qué bien pica el Conde, a lo que el Rey replicó: Pica bien, pero pica alto.

Nunca se descubrió quien mató a Villamediana. El mentidero de la época dio pábulo a toda clase de rumores. Su amigo Luis de Góngora, en verso, mantuvo que el ordenante de su ejecución, por celos, fue el mismo Rey, o como dijo Ruiz de Alarcón, por maldiciente. Lope de Vega pensó que el motivo de su asesinato estuvo en sus satíricos e hirientes versos y escribió:

Al que sobró de buen entendimiento
vino a fallar tan presto su sentido
y al que en ajenas vidas se ha metido
la propia le sacó su atrevimiento

Aunque su principal enemigo fue el Duque de Osuna, al que el Rey desterraría a Valladolid para evitar su condena a muerte por ladrón. Castigo que en cambio aplicaron a su secretario Rodrigo Calderón, Marqués de Siete Iglesias. Para más inri, poco tiempo después, al de Osuna le fue concedido el capelo cardenalicio, lo que motivó que el Conde de Villamediana escribiera:

El mayor ladrón del mundo,
por no morir ahorcado
se vistió de colorado

Todo un personaje este, D. Juan de Tarsis y Peralta, que de haber nacido en Inglaterra hubiera sido, en estos días, motivo de series de T.V. y de películas. Todas sus aventuras sirvieron de inspiración a una cantidad enorme de escritores, como Tirso de Molina, José Zorrilla, Patricio de Escosura y hasta en el 2001 a Fernando Fernán-Gómez.

Y asombrados de la tranquilidad de Madrid, los dos amigos se recogieron en sus respectivos domicilios con un Hasta otro día

 

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