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Año 2020: Annus horribilis

Año 2020: Annus horribilis

 

Año 2020: Annus horribilis

El 2020 se alza en el podio como uno de los peores años de la Historia, pero los ha habido mucho peores, aunque cueste creerlo.

Ana Alejandre

El pasado año 2020, nos parece un año luctuoso por la pandemia del coronavirus y desastroso para la economía y terrible para las relaciones sociales por las muchas restricciones, confinamientos, cierres perimetrales, toques de queda y demás limitaciones para hacer una vida normal a la que estamos acostumbrados y que, ahora, valoramos más que nunca cuando nos vemos desprovistos del derecho a disfrutar de todas las libertades inherentes a cualquier ciudadano de una democracia occidental,

Sin embargo, ha habido otros años más siniestros, horribles y penosos para quienes los vivieron, ya que las enfermedades, pestes, hambrunas, guerras y desast9res naturales han acompañado al hombre a lo largo de toda su vida en la tierra. Según los expertos, algunos de esos años peores que el 2020 fueron el año 1349 por la temiblle Peste Negra que diezmó a la mitad de la población europea. También, en la siniestra lista de los años más letales de la Historia, está 1520, cuando la viruela asoló América y fue la causa de la muerte de entre el 60% al 90% de sus pobladores nativos. Igualmente, 1918 fue también siniestro por la llamada gripe española que causó la muerte de más de 50 millones de personas. También se considera 1933 un año funesto por el auge de Adolf Hitler que fue el principio de lo que vendría después y la causa de la II Guerra Mundial que causó la espantosa cifra de entre 50 a 60 millones de muertos .

Sin embargo, el año al que consideran más funesto y terrible de la historia es el año 536, según revela un artículo publicado en Science, en el qje el historiador medieval Michael McCornick ese “fue el comienzo de uno de los peores períodos para estar vivo, si no el, el peor año”. Tal afirmación la basa en qe en ese año comenzó con una niebla inexplicable y densa qee se extendió por todo el mjndo y sumió a Europa, Medio Oriente y partes de Asia en la oscuridad las 24 horas del día durante 18 meses sin interrupción.

Según escribió Procopio de Cesarea,(500-554 d.C), historiador bizantino, en esa larga etapa de oscuridad sucedió que “el Sol daba su luz sin brillo como la Luna, durante este año entero y se parecía completamente al Sol eclipsado, porque sus rayos n eran claros tal como acostumbra”. Continúa escribiendo dicho historiador bizantino: “Y desde el momento en que eso sucedió, los hombres no estuvieron libres ni de la guerra ni de la peste ni de ninguna cosa que no llevara a la muerte”.

Las temperaturas en el verano de ese fatídico año 536 cayeron 1,5°C a 2,5°C. Hacía tanto frío que nevó en China. Este fue el inicio de la década más fría en los últimos 2.300 años.

La ola de frío causó estragos en la agricultura, ya que Los cultivos se perdieron en toda Europa, y en numerosos países asiáticos y africanos y la hambruna se expandió de forma imparable. Este período de frío y hambre produjo un estancamiento económico muy grave y en el año 541, un brote de peste bubónica, conocida como “Plaga de Justiniano”, provocó la muerte de casi la mitad de los habitantes del Imperio Bizantino.

Por las investigaciones realizadas por McCormick y el glaciólogo Paul Mayewski se sabe que las catástrofes que se sucedieron ese año fueron provocadas por una causa natural, ya que se pudo conocer que una erupción volcánica sucedida en Islandia a principios de 536 provocó la propagación rápida de grandes cantidades de cenizas en el hemisferio norte, creando la niebla que sumió al mundo en la oscuridad durante un período de tiempo de año y medio. Esta erupción fue de tal magnitud que alteraron los patrones climáticos globales y los cultivos de los años siguientes. Otras dos erupciones masivas siguieron a la del año 536, en 540 y 547.

En una época más reciente, se puede considerar que el año más traumático de la historia del siglo XX de Estados Unidos fue 1968, según ciertos historiadores, dejando en segundo lugar al 2020 que ha sido terrible por el Covid-19 para dicho país en el número de muertos y las tremendas consecuencias económicas que ha provocado dicha pandemia, ocasionando que un un gran número de estadounidenses hsyan perdido su trabajo más que en la Gran Depresión y murieran más personas que sumados todos los caídos en varias de las guerras de EE.UU. En 1968 se produjeron más asesinatos, había una guerra exterior, más caos político. división y enfrentamiento social que en 2020.

Desde que los estudios de los anillos de árboles en la década de 1990 sugirieron que los veranos alrededor del año 540 eran inusualmente fríos, los investigadores han buscado la causa. La pista que aclarase ese enigma se halló hace unos años en los núcleos de hielo polar de Groenlandia y la Antártida.

Cuando se produce una erupción de un volcán, esta arroja azufre, bismuto y otras sustancias a la atmósfera y allí forman un velo de aerosol que refleja la luz del sol de vuelta al espacio, enfriando la Tierra. Analizando conjuntamente el registro de hielo de esos rastros químicos con los registros climáticos de los anillos de los árboles, descubrió un equipo dirigido por Michael Sigl, ahora de la Universidad de Berna, que casi cada verano inusualmente frío en los últimos 2.500 años estuvo precedido por una erupción volcánica.

Por otra parte Mayewski y su equipo interdisciplinario buscaron las mismas erupciones en un núcleo de hielo perforado en 2013 en el glaciar Colle Gnifetti en los Alpes suizos. El núcleo de 72 metros de largo contiene indicios de más de 2.000 años de efectos de erupciones volcánicas, tormentas de polvo del Sahara y actividades humanas en el centro de Europa.

El equipo analizó este registro con un nuevo método de ultra alta resolución, en el que un láser talla trozos de hielo de 120 micras, que representan solo unos pocos días o semanas de nevadas, de entre todas las que contiene dicho núcleo. Cada una de las muestras, unas 50.000 de cada metro del núcleo, se analiza para una docena de elementos. Este nuevo sistema de análisis le proporcionó al equipo detectar tormentas, erupciones volcánicas y contaminación por plomo hasta el mes, o incluso menos, del período de los últimos 2.000 años.

Los continuos desastres naturales sumieron a Europa en el estancamiento económico que duró hasta el año 640 que fue cuando se registró un pico de plomo en el aire. La plata se funde a partir de mineral de plomo, por lo que era indicio de que el metal precioso estaba muy demandado en una economía que comenzaba a recuperarse.

Por todo lo dicho, el año 536 comparado con el 2020, según los historiadores, demuestra que este segundo año no es tan letal, ruinoso y nocivo como lo fue el primero de ellos, que sí está, por méritos propios, en la cúspide de la lista de los años más terribles de la historia de los últimos 2.000 años. Saber esto no le quita importancia a los estragos sufridos en el 2020, pero sí nos puede hacer pensar que, a pesar de todo lo malo sufrido en el año pasadoy lo que pueda quedar por venir, aún podría ser peor si lo comparamos con el fatídico, horrible y siniestro año 536 que esperamos no pueda volver a producirse nunca.

El máximo e hipotético mal aún por venir, quizás, nos ayude a minimizar el que sufrimos en la actualidad. Único consuelo en un annus horribilis como el que vivimos y sufrimos aún, en pleno 2021 que esperamos y deseamos que sea mejor que su antecesor porque peor parece imposible.

 

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