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Crítica literaria

 

La hija única

Ls ija única Guadadalupe Nettel. Anagrama, 2020. 237 pp.

Ls hija única
Guadadalupe Nettel.
Anagrama, 2020. 237 pp.

Una novela sobre la maternidad y las diferentes d¡formas de encararla por tres mujeres distintas.

Ana Alejandre

Esta novela viene a incardinarse en la moda imperante en la narrativa actual que es tratar sobre el tema familiar, colocando a la familia en el papel protagonista. Este tema está hecho por muchos autores, especialmente mujeres, con mayor o menor fortuna, pero en la actualidad esa producción literaria va ofreciendo ejemplos de obras que presentan características de una mayor crítica hacia la institución familiar, más sinceridad en los planteamientos y una mayor lucidez que no siempre está exenta de cierta ironía o sarcasmo, hasta llegar a ciertas obras que son una especie de catarsis para sus autores en los que echan toda la carne en el asador y se desnudan sin pudor ni tapujo, mostrando todas las heridas emocionales que aún supuran.

Una nota que coincide en todas ellas es que no hablan de la familia feliz, por una parte, y la desgraciada por otra, sino que la una y la otra se conjugan en toda familia, pues no hay ninguna, vienen a decir, que no ofrezcan ambas caras en su seno.

Quizás, aunque no se haya demostrado aún por análisis de este fenómeno de narrativa con la familia como eje central, así se puede advertir que el motivo de esta atracción hacia este tema puede ser porque la familia se encuentra en una crisis como nunca antes había sufrido y se aprecian signos evidentes de que la familia convencional está en peligro de extinción ante otros modelos de convivencia humana no sujetos a los lazos de sangre o el matrimonio que sigue siendo el núcleo principal y el origen de la familia tradicional. No hay que olvidar que la institución familiar sigue siendo la obra humana más firme, sólida, a pesar de todos los escollos que ofrece en la que no falta la violencia soterrada, ya sea de palabra y obra o, muchas veces silenciosa. La familia es in refugio seguro en el que nos reencontramos y reconocemos a nosotros mismos.

Como una reflexión sobre la familia, sus luces y sombras, la escritora Guadalupe Nettel, quien obtuvo el premio Herralde de Novela con Después del invierno, nos ofrece ahora esta novela, La hija única, en la que destaca la gran delicadez de su escritura que huye de todo dramatismo y estridencia sobre un tema tan peliagudo que ha derramado ríos de tinta a lo largo de la historia de la literatura como es la maternidad. En esta novela se plantean las distintas formas de vivirla a través de tres mujeres, Laura (la narradora) Alina (amiga de la anterior y Doris, vecina de la narradora, que tienen tres formas diferentes de vivir la maternidad o tomar la decisión de no serl. La cita que aparece al inicio de la novela, del escritor David Foster, es muy elocuente al respecto pues dice:“Si tú no has llorado nunca y quieres hacerlo, ten un hijo”,

Naturalmente, ante un hecho que es fundamental en la vida de una mujer como es la maternidad, no podía ser ignorado por el feminismo que lo ha considerado siempre un tema de gran interés, aunque en el pasado no se le daba la importancia que tiene ahora, por considerarlo “un tema de mujeres” al que no había que prestar mucha atención por ser inherente a la condición femenina ser madre y de ello derivaban obligaciones como cuidar de sus hijos y quererlos. Eso llevaba consigo el estigma hacia las mujeres que no cumplían con esas exigencias de la crianza por lo que eran consideradas malas madres y recibían la repulsa social por considerar a quienes no cumplían las expectativas que se esperaban de una buena madre que tenían un grave fallo moral. Sin embargo, no se tenían en cuenta de las muchas renuncias, frustraciones y sufrimiento que supone para la mujer la maternidad cuando no reúne las condiciones adecuadas para serlo.

La autora de esta novela pone el acento en la maternidad de Alina que se convierte en el eje central de la narración, a la que advierten de que su hijo, antes de nacer, sufre de microlisencefalia y no podrá sobrevivir al nacimiento. Las otras dos mujeres de la narración viven la maternidad de forma distinta, rechazándola, una, y desatendiendo a su hijo, la otra por mera incapacidad para realizar las funciones y obligaciones inherentes a la maternidad y los problemas de la vida cotidiana. Ç

Sin embargo, entre estas tres madres tan distintas hay una evidente solidaridad, ayudándose mutuamente y entrecruzando los papeles, pues la que no quería ser madre ejercerá como tal, la que lo ha sido se encerrará en si misma, y la que no puede ser madre se hará cargo de las responsabilidades de otra mujer que sí ha sido madre.

Esta novela presenta una escritura sencilla, sin florituras, fácil de leer

Y forma una narración sin estridencias ni sobresaltos. Es decir, es una lectura apropiado para una época convulsa como la que vivimos, en la que las tres mujeres forman un triángulo cuyos vértices son equidistantes, pero las tres son muy distintas entre sí en su planteamiento y vivencia maternales.

La portada de la novela hace alusión, con el nido en el que hay un solo huevo de paloma, al nido de paloma que aparece en la narración, buscando un paralelismo entre el mundo animal y el humano que cuidan por igual de su descendencia como un mandato natural de cada especie.

Se notan reminiscencias de otros autores y obras, como si estuviera escrita esta novela siguiendo el curso de otras obras a las que quiere dar un nuevo sesgo y mostrar otras alternativas en el discurrir de la narración y en la visión de la autora y la perspectiva que ha elegido para escribir sobre la maternidad y sus servidumbres, luces y sombras.

 

Recuerdos de un jardinero inglés

Recuerdos de un jardinero inglés Reginald Arkell Traducción de Ángeles de los Santos Editorial Periférica, 2020,224 páginas.

Recuerdos de un jardinero inglés
Reginald Arkell
Traducción de Ángeles de los Santos
Editorial Periférica,
2020,224 páginas.

Deliciosa novela, cuya lectura es un remanso de paz, en contacto con la Naturaleza y la vida sencilla, en esta sociedad crispada.

Ana Alejandre

Esta novela tiene todos los componentes para ser no solo de amena lectura, sino para ser muy apropiada para tiempos de crisis como los que vivimos en los que la continua vorágine de noticias a cual más negativa y deprimente, Y esto es así porque reúne todos los condimentos para hacer inolvidable su lectura. Un fino humor, profunda humanidad de sus personajes y una empatía que flota en toda la narración haciendo que la historia, sencilla en sí misma, tome una mayor profundidad de calado en la memoria del lector.

El autor es Reginald Arkell (1822-1959) novelista y guionista cómico británico que escribió muchas obras musicales para el teatro británico. En esta novela de su autoría cuenta la historia de un niño de condición humilde, apasionado de las flores y solitario que una vez pudo participar en un concurso floral provincial en que resultó ganador con un ramo de flores silvestres, porque la presidente del jurado valoró su trabajo y la excelencia de su composición floral y le ofreció un puesto de ayudante de jardinero en su propio jardín del que era jardinero jefe de la señora Charteris el señor Adriss, un circunspecto jardinero victoriano.

El niño protagonista de la narración, Herbert Pinnegar, inicia la novela con sus reflexiones cuando ya es un anciano y está retirado en la casa cercana al jardín en el que llegó a ser jardinero jefe y uno de los expertos florales más reputado del país.

Memorias de un jardinero inglés es una historia tradicional en todos los sentidos, en cuanto a la historia y a la forma de contarla que sigue un tiempo narrativo lineal, sin saltos temporales, porque su finalidad es la de contar una historia sencilla en la que el amor a la Naturaleza, unido al esfuerzo, el trabajo arduo y la tenacidad puestas al servicio de una vocación, consigue crear un paraíso personal, alejado de todo lo que no sea la propia Naturaleza que ofrece toda su belleza dominada y perfilada por el hombre que crea, en el espacio cerrado de un jardín, un mundo propio y privado tan cambiante, dependiente de las estaciones. exigente pero siempre generoso en sus dádivas.

Todo en la obra es sencillo, natural y auténtico como la propia Naturaleza que rodea la vida del protagonista. La novela tiene una escritura también sencilla, por lo que la obra presenta un fondo y una forma que se complementan a la perfección. Es la demostración de como se va formando el hábitat, el mundo de un personaje coherente, digno y entrañable que gana las simpatías de los lectores porque todo en él habla de autenticidad, de dignidad

Pinnegar, el protagonista, es un hombre tímido, introvertido y que siente un profundo amor por su oficio del que se siente orgulloso. El autor de la novela, que era un apasionado de la jardinería, parece estar inspirado en el mundo de Dickens, pero avanzando en el tiempo hasta la época eduardina y posterior a la II Guerra Mundial, Es en esa época en la que se produce el final de la posesión de la tierra en manos de la alta burguesía que vive de las rentas y el paso a la industrialización y las emergentes clases enriquecidas por dicho motivo. Tiempo de nostalgia del pasado en el que las cosas eran como debían ser, en contraposición a esos años después del conflicto bélico que ha dejado hondas huellas en el ánimo de todos que tenaza con el doloroso recuerdo de la tragedia bélica y sume a los ciudadanos en la más absoluta inseguridad y en la angustia, caldo de cultivo para la aparición del movimiento existencialista,

Recuerdos de un jardinero inglès, es, sin duda alguna, una novela de muy recomendable lectura, pues es como un soplo de aire fresco que elimina la toxicidad de un ambiente cargado en el que la llamada civilización, la técnica y lo artificial han ganado la partida y aplastan con su peso la vida de cualquier ser humano atrapado en la vorágine de una sociedad que ha dado la espalda a la vida natural y sencilla en la que el ser humano solamente se puede reencontrar y reconocer.

 

 

La emperatriz goda

La emperatriz goda Magdalena Lasala La Esfera de los Libros Madrid, 2020, 432 pp.

La emperatriz goda
Magdalena Lasala
La Esfera de los Libros
Madrid, 2020, 432 pp.

Una novela histórica sobre la figura de Gala Placidia, hija del emperador Teodosio I que fue un personaje importante en su época y clipsó a otros muchos emperadores y emperatrices,, aunque la Historia no le ha dado el relieve que merecía.

Ana Alejandre

La novela histórica “La emperatriz goda” está dedicada a la figura de Elia Gala Placidia, nacida entre el año 388 y el 393 (d.C.) en Constantinopla, hija, del emperador romano Teodosio I y de su segunda esposa, Gala, emperatriz consorte de Constancio III, emperador del imperio romano de Occidente y madre de Valentiniano III, emperador de Occidente. Gala Placidia era Medio Hermana de los emperadores Honorio y Arcadio.

El Imperio Romano en el año en el que nació Gala Placidia era convulso por las feroces luchas, provocadas por la declaración del cristianismo como religión oficial del Estado romano, en la política imperial y en el Senado, institución donde se producen enfrentamientos entre los partidos favorables al viejo panteísmo (paganismo para los cristianos de clase alta del imperio) para poder seguir manteniendo los privilegios históricos las numerosas castas, a los que los cristianos querían anular para crear un nuevo régimen con una distinta organización institucional, económica y social del Imperio.

La nueva religión, el cristianismo, choca con las viejas creencias y supersticiones. Se recuerdan y se agudiza la necesidad de las viejas prácticas de augurios, hechicerías y maleficios y a sus oficiantes. La política crea nuevos intereses partidistas, se contratan a asesinos a sueldo para eliminar a los enemigos de una y otra parte, y los emperadores confían en demasía en terceros, dejando el poder en manos de consejeros y políticos felones y traidores.

Las creencias diferentes y contrapuestas se mezclan con las profecías y supersticiones que vaticinan el fin del Imperio Romano desde siglos atrás. La inquietud y el miedo aumenta tanto en los gobernantes como en los ciudadanos. Roma alista a los ejércitos godos y visigodos romanizados, para seguir manteniendo las fronteras a salvo de las continuas invasiones de tribus y ejércitos bárbaros (no romanizados) que continuamente asaltan y violan las fronteras con una intensidad tal que anuncia un fin próximo del Imperio más poderoso de la Tierra que se creía invencible, lo que despierta el terror de todos. Algunos nostálgicos de los viejos tiempos achacan el próximo fin del Imperio a un castigo de los antiguos dioses que se han sentido olvidados y desterrados por la nueva fe cristiana.

La protagonista de esta obra, Gala Placidia, vive la dualidad de las dos creencias, la cristiana y la politeísta. Fue educada tal como era normal en su rango imperial, por maestros de las dos tendencias religiosas y se ve envuelta, desde muy niña, en el intrincado laberinto de la política, viviendo la división del Imperio en dos partes que formaron el Imperio de Occidente, una, y el de Oriente, otra.

Gala Placidia asiste a la decadencia y caída de la antigua gloria romana, y se ve envuelta entre las luchas de intereses particulares y la escasez de altura política de los gobernantes para tomar el timón del Imperio escindido en dos que sufre inevitables y necesarios cambios. Su estirpe es imperial, de la dinastía Valentiniana por parte de su madre (y nieta de la emperatriz Justina) y de la Teodosiana por parte de su padre, pues es hija, nieta, hermana y sobrina de emperadores y más adelante, será también madre de un futuro emperador, Valentiniano III .Su rango imperial la obliga a vivir entre emperadores mediocres (como lo son sus hermanastros Arcadio y Honorio que muestran su incapacidad para ocupar tan altos cargos) y políticos ambiciosos y mendaces.

Ella, sin embargo, hereda cualidades que la hacen ser una persona excepcional por su inteligencia, capacidad de decisión y observación, así como posee agudeza mental, paciencia, amplitud de miras y firme voluntad. A pesar de su pronta orfandad, pues queda huérfana de sus padres a los dos años de edad, queda bajo el cuidado de su prima Serena, muy ambiciosa e intrigante, quien quiere ver a su hijo en el trono imperial, por lo que Gala Placidia pasa a ser una piedra de choque imprescindible, como heredera única de un poderoso linaje, a la que rodean muchos intereses que necesitan la legitimidad que ella solo puede darles. Por su carácter decidido y voluntarioso toma las decisiones pertinentes para llevar el timón de su propia vida sin delegar en los demás. Estaba acostumbrada a sortear toda clase de dificultades en su vida por su origen y difícil y tortuoso entorno en el que se movía. Tuvo que enfrentarse a conspiraciones contra ella y pudo sortear, valientemente, su propia muerte buscada por otros, haciéndose dura, implacable y dueña de sus emociones, ignorando el dolor o sus propios sentimientos para no ser vulnerable ante sus enemigos. Su fuerte personalidad la hizo ser más importante y significativa que muchos emperadores y emperatrices a los que eclipsó, tanto de sus coetáneos como de los que gobernaron en los tres siglos que duró la decadencia y caída del Imperio Romano.

La Historia no ha sido benigna con su memoria, porque la muestra como una mujer fría y severa, pero sin voz. El enigma que representa su figura parece nacer de la falta de comprensión de su principal característica personal que fue, sin duda, la fidelidad a sí misma sin fisuras. Supo mantenerse firme en sus ideas y decisiones sin amedrentarse por las consecuencias de sus acciones, opiniones e ideales. Tampoco le importó el rechazo que le ocasionaría su matrimonio con Ataúlfo, rey de los godos después de morir Alarico, a pesar de que esa unión podría suponer un cambio histórico definitivo, y que nunca se le perdonaría desde la visión cristiana de la época . Esa indiferencia ante sus coestáneos y la posteridad fue determinante para su imagen histórica que quedó dañada por ella.

A pesar de todo, Gala Placidia tuvo siempre la certeza de cuál era su situación política y supo ejercer el absoluto poder que le permitía su papel de princesa, primero, consorte, después, y regente imperial cuando ya había nacido su hijo Valentiniano III. Esto desdice su imagen de pasividad e inoperancia que se tiene de ella que se contradice con su cultura, personalidad, formación y compromiso político, ni tampoco hace justicia al papel que le había sido destinado desde su nacimiento.

Esta figura de mujer poderosa en la Historia, según afirma la autora de esta obra, exige un nuevo estudio y que sea su propia voz la que vaya hablando de sus motivaciones, de sus pensamientos, ideas y propósitos que eran el motor de sus decisiones que llevaba a cabo con una voluntad férrea, dictadas por su instinto de supervivencia, su falta de remordimientos que provenía de sus sentimientos dominados por la razón, lo que la erigió en una figura sin parangón en su época.

Esta novela, pues, viene a sumarse a las muchas otras dedicadas a figuras históricas femeninas que, hasta ahora, han sido secundarias en la historia, pero no por falta de méritos propios, sino por la escasez de investigaciones históricas que les revele en su auténtica magnitud de verdaderas protagonistas de la historia.

 

 

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