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Cartas de B. Pérez Galdós a Pardo Bazán

Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós

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Cartas de Benito Pérez Galdos a Emilia Pardo Bazán


Halladas apasionadas cartas amor de Benito Pérez Galdós a Emilia Pardo Bazán por un librero anticuario de Madrid.

Ana Alejandre

Muchas veces se encuentran textos inéditos de diversos autores que no salen a la luz pública hasta decenas de años después del hallazgo, si es que lo hacen alguna vez, ya que se encuentran en bibliotecas particulares cuyos dueños prefieren mantener dichos documentos de su propiedad en secreto por diversos motivos, sobre todos si son cartas íntimas de personajes de su familia que quieren mantener ocultas en su privacidad, negándose a venderlas a pesar de las suculentas ofertas recibidas.

Esta fallida posibilidad de compra le ocurrió, hace treinta años, a un librero anticuario, Guillermo Blázquez (de la Asociación de la Cuesta del Moyano de Madrid) quien afirma que las cartas originales de Galdós a la Pardo Bazán existen y no se encuentran perdidas, sino en una biblioteca particular. De dichas cartas se corría el rumor de que habían sido destruidas y no se sabía de su paradero hasta que el mencionado librero anticuario de Madrid asegurara a la agencia de Noticias Efe que 90 cartas de la correspondencia entre los dos escritores se encuentran en propiedad de un particular.

.Los protagonistas de esta historia de amor, Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843-Madrid, 4 de enero de 1920) y Emilia Pardo Bazán (La Coruña, 16 de septiembre de 1851-Madrid, 12 de mayo de 1921) fueron amigos durante muchos años, pero se convirtieron en amantes durante dos años en los que ella estaba casada, por lo que sus cartas tienen un tono apasionado y fogoso, propio de la clase de relación que los unía.

De esta correspondencia se conservan más de 80 cartas de las escritas por la escritora gallega a Galdós, pero las escritas por este último no se encuentran, y de esa extraña desaparición hay muchas posibles razones, entre las que destaca la hipótesis de que Carmen Polo las quemó cuando llegó al Pazo de Meirás, en el que anteriormente vivía Emilia Pardo Bazán.

El mencionado librero anticuario ha hecho público su hallazgo, pero sin decir la identidad del actual propietario de dichas cartas a quien le propuso, y lo ha seguido haciendo, desde el hallazgo la compra de las mismas y aquél no la aceptó, aunque desconoce las razones, Si ha hablado de ello es por haberse celebrado en el pasado año el I Centenario de la muerte de Galdós. Afirma dicho librero y anticuario que las cartas están en muy buen estado y estima que el epistolario debía de ser muy extenso.

De las cartas enviadas por Galdós a su amante, afirma el mencionado librero, que eran bastante subidas de tono para esa época, pero que en la actualidad resultaría su estilo casi ridículo, Niega que fueran pornográficas como se ha comentado. Estaban firmadas, si no eran falsificaciones, y considera normal que en el mundo del libro aparezcan cartas de autores como Galdós, García Lorca, Baroja e incluso, Unamuno, lo que no es tan habitual con respecto a este último.

Esta pareja de escritores mantuvieron correspondencia desde 1883 a 1915 que son una buena parte de sus vidas, Fue una relación que nació por la admiración mutua, después se convirtió en amistad, más tarde en amor y, finalmente, volvió a la amistad cuando la pasión se apagó. Por ello, las primeras cartas estabani nspiradas por la admiración de una joven a un célebre escritor, por ser ella aspirante a destacar en la literatura..

Después de la ruptura amorosa se distanciaron, aunque seguía intacta su amistad leal siempre, Esa fue la etapa en la que Pardo Bazán muestra un tono melancólico en sus cartas por ese amor fallido que fue para ella el más importante de su vida.

Las cartas que Emilia Pardo Bazán escribió a Galdós se publicaron, primero, en una recopilación que acompañaba una biografía escrita por Carmen Bravo Villasante y, más tarde, se publicaron en la obra «Miquiño mío, Cartas a Galdós» (Taurus, 2013), de Isabel Parreño y Juan Manuel Hernández.

Isabel Parreño ha manifestado que no es raro que se hallen ccartas de esa naturaleza, aunque si le parece raro extraño que sus actuales propietarios durante más de treinta años las mantengan guardadas, porque desde 2013, año en el que se publicó el primer recopilatorio de las cartas de la escritora gallega, apareció en los medios de comunicación y podría haberlas dejado para hacer una edición, aunque guardasen los originales, si no querían venderlas.

Respecto al posible destino de las cartas de Pérez Galdós, Parreño afirma que han habido muchas teorías. La hipótesis más probable es que fueran destruidas en la casa donde vivió Emilia Pardo Bazán en la calle Princesa de Madrid, cuyo domicilio fue saqueado durante la guerra civil. También, admite que, cuando murió, sus hijas descubrieran esa correspondencia y no quisieran hacerla pública ya que su madre estaba casada cuando mantuvieron Galdós y ella esa relación adúltera y las hicieron desaparecer.

No hay certeza sobre los sucedido a las cartas de Galdós, pero esa desaparición no afecta a la verdadera naturaleza de la relación mantenida por ambos escritores, que queda patente, en su naturaleza apasionada, en las cartas de la escritora a su amante que demuestran fehacientemente el amor fogoso y apasionado que ambos se profesaron

 

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